mercoledì 25 novembre 2009

La Boca y Caminito















La zona donde actualmente se encuentra La Boca fue el lugar donde Pedro de Mendoza realizó la primera fundación de Buenos Aires en 1536. En épocas de la Colonia española La Boca era una zona de barracones para los esclavos negros. En el período independiente funcionaron allí saladeros (cobertizos en que se salaba la carne vacuna para la exportación) y curtiembres de cuero.
En la Boca se localizaba el principal puerto de Buenos Aires pero su poca profundidad no permitía navíos de gran calado y por eso, tras la propuesta de Eduardo Madero, el puerto se trasladó más al norte. Al ser la zona de mayor entrada de barcos, a finales del siglo XIX comenzó a ser habitado por inmigrantes italianos, principalmente genoveses, que le dieron su fisonomía actual. Los inmigrantes se agrupaban en Conventillos y pintaban sus casas con los sobrantes de pintura que traían los marineros, como la pintura no alcanzaba para pintar una casa de un mismo color, se utilizaron diversos colores para pintarlas.
Los conventillos eran construcciones de chapas con una gran cantidad de pequeñas habitaciones, donde se “acomodaba” cada familia, con una cocina y un baño compartido por todos los inquilinos que la habitaban. Siempre había un patio y balcones irregulares que fueron el ámbito donde se mezclaban y enriquecían las diferentes culturas en una interrelación que dio origen a una pintoresca versatilidad de personajes- como El bombero, la prostituta, el “cafishio”, el enano, el equilibrista o el borracho -, que son rescatados luego por el arte popular.1


Puerto de La Boca y puente transbordador
La Boca de 1870 tenía ya una fisonomía característica y en 1895 era la segunda sección de la Capital. Sobre una población de 38.000 habitantes, 17.000 eran argentinos, 14.000 italianos, 2.500 españoles y el resto de otras nacionalidades.
A los residentes de La Boca y por extensión a su equipo de fútbol, el popular Boca Juniors, se los conoce aún como Xeneizes (deformación de "zeneixi", es decir, genoveses, en su propio dialecto). Los inmigrantes construyeron casas de chapas de metal acanaladas, montadas muchas veces sobre pilotes o cimientos altos debido a las frecuentes inundaciones, y pintadas con colores brillantes.
Zona portuaria y proletaria, el mayor exponente artístico del barrio fue Benito Quinquela Martín, un pintor que reflejó las tareas del puerto y la vida cotidiana de su gente en estilo neoimpresionista. También el primer diputado socialista de América fue elegido por ese barrio en 1905, cuando votó a Alfredo Palacios para que los representara en el Congreso.
José Ceppi, alias Aníbal Latino, periodista porteño, en su libro "Argentinos y europeos. Cuadros sudamericanos" escribió:
Al sur de Buenos Aires, a seis o siete kilómetros del centro de la ciudad, a lo largo de la orilla de un pequeño río canalizado en cierta extensión y que se llama Riachuelo, extiéndese La Boca, un barrio o mejor dicho un suburbio vastísimo de la población. Está separado de la ciudad solo por una extensa faja de terreno poblada por algunas casas esparcidas: la comunicación es cómoda, fácil, rápida, continua, por tramway y por ferro-carril; y sin embargo tiene un carácter tan diferente, tan especial, que parece estar á cincuenta millas de distancia. Muchos, hasta en Buenos Aires, hablan de la Boca como si hablasen de otra ciudad, no de un barrio que está á dos pasos de la gran plaza.

Caminito es una calle museo y un pasaje tradicional, de gran valor cultural y turístico, ubicado en el barrio de La Boca de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. El lugar adquirió significado cultural debido a que inspiró la música del famoso tango Caminito (1926), compuesta por Juan de Dios Filiberto.
Por el contrario, la letra del conocido tango, escrita por Gabino Coria Peñaloza, está inspirada en un sendero de la localidad de Olta, en la provincia de La Rioja. Por esta razón y en homenaje a Coria Peñaloza, en 1971 una calle de la localidad de Chilecito, recibió también el nombre de "Caminito".
Se encuentra en el pintoresco barrio de La Boca, con unos de sus extremos frente al Riachuelo, en la Vuelta de Rocha, y a unos 400 metros del La Bombonera, estadio del Club Atlético Boca Juniors.
El sendero se extiende de este a oeste, formando una curva de unos 150 metros, atravesando en forma diagonal una manzana limitada por las calles Araoz de Lamadrid (al norte), Garibaldi (al oeste), Magallanes (al sur) y Del Valle Iberlucea (al este). Su forma sigue el curso de una antigua vía de ferrocarril, posteriormente abandonada. En 1959 fue convertido oficialmente en una "calle museo", completamente peatonal, con el nombre de "Caminito".
Su trayecto sinuoso se debe a que originariamente fluía por allí un arroyo que desaguaba en el Riachuelo, y que debía cruzarse por un pequeño puente, debido a lo cual esa zona del barrio era referida como Puntin, que quiere decir precisamente, "puente pequeño" en dialecto genovés o xeneize. Luego circuló por allí un ferrocarril portuario, hasta 1920. Una vez cesado, la vía se convirtió en un sendero natural, conocido en el barrio como "La Curva".2 que fue deteriorándose como basurero.
En 1950 un grupo de vecinos, entre los que se encontraba el conocido pintor boquense Benito Quinquela Martín, decidieron recuperar el lugar. En 1959, a iniciativa de Quinquela Martín, el gobierno municipal construyó allí una calle museo, con el nombre que le había puesto el tango, "Caminito":3
Un buen día se me ocurrió convertir ese potrero en una calle alegre. Logré que fueran pintadas con colores todas las casas de material o de madera y cinc que lindan por sus fondos con ese estrecho caminito (...)Y el viejo potrero, fue una alegre y hermosa calle, con el nombre de la hermosa canción y en ella se instaló un verdadero Museo de Arte, en el que se pueden admirar las obras de afamados artistas, donadas por sus autores generosamente.
Benito Quinquela Martín4
Las casas de madera y chapa que tienen su frente al Caminito, responden al estilo del tradicional conventillo boquense, un tipo de vivienda popular precaria que caracterizó al barrio desde sus orígenes a fines del siglo XIX, como centro de residencia de inmigrantes genoveses. Debido a su valor cultural, las mismas están subsidiadas por el Estado, lo que permite garantizar un mantenimiento que los escasos recursos de los moradores del barrio no podrían realizar. Se encuentran pintadas de colores brillantes, una costumbre barrial que difundió el destacado pintor boquense Benito Quinquela Martín. En las calles adyacentes, pueden recorrerse los conventillos tradicionales de la Boca, construidos de chapas de metal acanaladas, montadas muchas veces sobre pilotes o cimientos altos debido a las frecuentes inundaciones, y pintadas con colores brillantes, tal como se encuentran mantenidos por sus habitantes.

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